La navegación a vela es una actividad compleja que se ve influenciada por multitud de factores que hay que tener en cuanta. La fuerza y dirección del viento, el oleaje, el perfil de la embarcación, la carga, la tripulación… son todos elementos que hay que estudiar a la hora de conseguir un avance óptimo en cada momento.
Normalmente asociamos el timón con el rumbo, las velas con el impulso, y el equilibrio y distribución del peso con la escora. Pero el ajustar estos elementos implica que influimos de manera directa o indirecta en todos los demás aspectos de la navegación. Por ejemplo, las velas influyen notablemente en la dirección de la embarcación en función de cómo estén dispuestas. Cuando el centro vélico no está alineado con el centro de deriva, influye notablemente en la dirección de la embarcación. Si el centro vélico está desplazado a la proa, la embarcación tendrá tendencia a abrirse al viento. Por el contrario, si el centro vélico se desplaza a popa, la embarcación tenderá a desviarse en sentido contrario.
En estos casos, cuando el centro vélico no está alineado, tendremos que usar el timón para corregir el rumbo de manera constante, lo que implicará que el velero navegue de costado, ofreciendo una mayor resistencia al agua y, por tanto, disminuyendo la velocidad.
Por eso es importante compensar y equilibrar todos los elementos del gobierno de nuestra embarcación y aumentar de este modo lo máximo posible nuestra eficiencia a la hora de navegar.
Un buen trimado debe tener en cuenta todos estos factores para conseguir una navegación más fácil, cómoda y fluiída.
Ahora que ya sabes todo esto, te será más fácil disfrutar de la navegación con nuestro club de vela Rumbo Norte que te permite navegar todas las semanas del año de una forma muy sencilla.